Título: El dios asesinado en el servicio de caballeros.
Autor: Sergio Sánchez Morán.
Editorial: Fantascy
Género: Fantasía.
Nº Páginas: 336 páginas
Saga: De momento libro único.
Sipnosis
Verónica, alias Parabellum, es detective paranormal y debe enfrentarse a todo tipo de criaturas en su trabajo. Pero detener una guerra entre dioses griegos y nórdicos puede ser demasiado incluso para ella.
Verónica Guerra se acaba de encontrar el cadáver de un dios griego en el maletero del coche y no recuerda qué hace ahí. Pero Verónica es detective paranormal y eso no es lo más raro que ha visto.
Todo apunta a que ha sido apuñalado en un caso más de peleas de bandas entre panteones mitológicos y mucha gente insiste en que no lo remueva más de lo necesario. Pero a Verónica le gusta su trabajo y un misterio así puede ser difícil de ignorar; aunque quizá no tanto cuando hay otros casos que resolver y facturas que pagar. Por ejemplo, el asunto del polstergeit que se manifiesta en las paredes de un rico cliente o el de la extraña criatura que ha arrasado la casa de un famoso presentador de televisión.
El problema es que tras el descubrimiento del cadáver los acontecimientos se precipitan, con el riesgo de que dos facciones divinas acaben declarándose la guerra en pleno centro de Barcelona. Verónica tendrá que vérselas con centauros, valquirias, paparazzi, vampiros, futbolistas, fantasmas y duendes irlandeses y evitar acabar siendo convertida en piedra si quiere resolver el caso. Y todavía debe sacar tiempo para llevar su coche a pasar la ITV. No es una semana fácil para Verónica. Pero nadie dijo que ser detective paranormal fuera un trabajo fácil.
Opinión Personal
Al comenzar a leer esta novela de Morán -guionista del cómic El Vosque el cual me tiene enamorada tanto por guión como por dibujo- casi cometo el error de compararla con la conocida saga estadounidense de Charley Davidson. Ambas son detectives, ambas actúan en clave de humor y se enfrentan a casos sobrenaturales. Y ahí acaba toda comparación.
Verónica Guerra, es una humana (que se sepa), imperfecta, que trata a diario de compaginar su vida cotidiana como novia y amiga, con la de detective Parabellum, aquella que tiene trato habitual con vampiros y otros seres mitológicos. El personaje está bien construído, realista, Verónica disfruta de su trabajo hasta un punto casi insano y es arriesgada. Pero ese mismo riesgo le lleva a recordar que es humana, mortal, capaz de ser herida, y en un universo sobrenatural conformado por inmortales es un contrapunto muy importante que mantener junto con la coherencia del personaje, cosa por la que le aplaudo pues en todas las sagas del estilo que leí, acaba por perderse.
El comienzo resulta original hasta cierto punto, y más aún la forma en que Morán lo retuerce entre sus dedos para que no sea la típica trama que te esperas, y corta esa acción bastante antes de lo esperado, ligándola a la siguiente sin que haya pérdida de continuidad.
La trama principal es el caso que nos adelanta en la portada, y tiene otras subtramas que va enlazando hábilmente, incluyendo una trama amorosa que, gracias a Dios, no constituye el grueso de la novela. Es decir, tiene una trama amorosa, cosa hoy en día necesaria para atraer a cierto tipo de lectores entre los que me incluyo, pero una realista, poco exaltada, con sus altos y sus bajos, que explora las dificultades entre la convivencia y las actividades de una adicta al trabajo (una con muchos secretos bajo la manga).
Hablemos ahora del sentido del humor que Morán emplea en su novela. Hasta ahora siempre leí que decía ser admirador del gran Terry Pratchett, uno de mis autores favoritos. Lo es. Eso no se lo negaré. Pero una cosa es ser admirador/seguidor/fan, y otra imitador (que suele resultar mal imitador). Por suerte Morán demuestra entrar en la primera categoría, puesto que le da un toque propio, es un humor más suave y menos agresivo, más basado en llevar la contraria a estereotipos, y el cómo los personajes se ríen de sí mismos, en lugar de una crítica social más agresiva. Aunque hay referencias a la sociedad española que, aunque poco originales, dan un toque extra de humor. Me gusta.
Hasta ahí los pros. Ahora toca sacar el látigo de los contras, que no todo serán flores y mariposas:
- No se si será un recurso de los escritores, pero me fastidió un montón que dejase acciones del personaje (aunque fuesen acciones menores) sin hilo conductor. En un momento estaba haciendo algo, se termina para el autor, punto, y dos líneas más abajo pasa a hablar de otra cosa que no tiene que ver, sin conexión entre ambas. Oh, claro, es el mismo personaje, pero hace dos líneas estaba en el bar y ahora se acaba de levantar de la cama, sin que haya momento de dormir por medio o de perder el conocimiento por el alcohol y despertarse con resaca (por poner un ejemplo, eh, no que fuesen esos los casos). Y no hay excusa de pérdidas de memoria o alcoholismo o amnesia o enfermedades para explicar estos saltos.
- Llegado a un punto, escinde el personaje entre Verónica Guerra, la humana y Parabellum la detective, eso me lo esperaba, nada novedoso, es lógico, pues a la chica le resulta difícil compaginar ambos estilos de vida. Sin embargo, una cosa es sentirse inestable entre ambos mundos y tener que lidiar como se pueda, y otra muy distinta tener doble personalidad. En ocasiones parecía que todo el genio, la garra, el descaro de Parabellum, se esfumaba en cuanto "Verónica" salía a la luz. ¡Que es la misma persona! No se puede ser la hija de satán en el minuto uno y un algodón de azúcar al siguiente, sea cual sea la situación que esté atravesando el personaje, las reacciones deben ir de acorde con su personalidad.
- La tensión final en algunas escenas era innecesaria, exagerada y no aportaba nada. Ni siquiera gracia.
- Sí, he dicho que me gusta su sentido del humor, pero hay que saber cuándo cortar una broma, y a veces Morán no se daba cuenta y mi editora interna quería borrar y editar.
Hay cosas que pulir, por supuesto, hay cosas que rechinan, cómo no, ¡es una primera novela! Nadie hace una novela perfecta a la primera. Pero para ser una primera novela, me ha sorprendido gratamente, me ha entretenido, y me ha gustado cómo lo ha tratado.
He seguido durante años la trayectoria de Morán como guionista, desde los orígenes del sexteto, y aunque veo algunas de esas ideas proyectadas en esta novela, también veo una evolución palpable y solo puedo decir que me alegra un montón.
Gracias a la editorial por apostar por este autor y por este tipo de libros, la fantasía urbana, asentada en EEUU, aún tiene que hacerse hueco en España, y más aún por parte de autores nacionales de tanta calidad como demostró tener Morán.
Espero poder ver más casos protagonizados por Parabellum ;)
Sobre el autor
(Reus, 1984). Asturiano de adopción, estudió Ingeniería Informática aunque pronto cambió el mundo de los ordenadores por el de los dibujos. Ha trabajado como guionista de cómic en las revistas El jueves yOrgullo y Satisfacción. Es uno de los pioneros del cómic online en España y creador de ¡Eh, tío!, que cuenta con más de diez años de trayectoria. También es guionista de El Vosque, una historia sobre hadas borrachas y asesinatos que ha enganchado a miles de lectores tanto en digital como en papel.